Santiago. “A las AFP (administradoras de fondos de pensiones) no les gusta la reforma de pensiones; es una muy buena señal para avanzar”, publicó la semana pasada en una red social el presidente centroizquierdista chileno, Gabriel Boric, aludiendo a la disputa ideológica que hay en la base de la sucesivamente frustrada intención de modificar el régimen previsional neoliberal que opera en Chile, una discusión que está “al rojo vivo” y cuyos plazos se agotan.