Los gobiernos de China y de Estados Unidos negocian para superar la guerra de tarifas en el comercio internacional y, así, conseguir establecer patrones de ajuste de los desequilibrios económicos y financieros que se han ido acumulado a lo largo de varias décadas. Detrás del superávit comercial de China está un desplazamiento productivo desde Estados Unidos y, a la vez, una acumulación del ahorro en la primera, frente a un exceso de deuda en el segundo; focos éstos del conflicto que se ha desatado.