La tecnología ha tocado la puerta de los bancos centrales y, en diversas partes del mundo, hay organismos que comienzan a poner en marcha programas piloto de inteligencia artificial (IA) para realizar sus operaciones diarias, herramienta que “mejora la productividad del personal sin alterar fundamentalmente la forma en que se realiza su trabajo”, revela una nueva investigación del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).